Sobre Juan de Almario, el primer ubriqueño de la era moderna

No soy partidario de dar nombres de personas a las calles, pero como esta tendencia antropocéntrica no parece que por el momento vaya a cejar, sugiero que, si se presenta la ocasión de rotular nuevas vías o plazas en Ubrique o cambiarles el nombre a algunas ya existentes, se piense en los últimos mudéjares que habitaron el pueblo antes de ser expulsados en 1501. Eran tan ubriqueños como nosotros y sufrieron el despojo de sus bienes y el destierro. Los nombres de muchos de ellos los conocemos. Si hay que escoger, una buena propuesta sería el nombre de la familia Benaharón, que era la más numerosa en Ubrique en aquellos tiempos (había dos Benaharón de nombre Hamete, dos Mahoma, un Muza y dos Abrahén, uno de los cuales era el alguacil). O los nombres Almohar, Said, Sahelí… Si se prefieren nombres de mujeres, se pueden postular los de las señoras ubriqueñas Javalía, Gomería o Jocoría.

Cuando fueron expulsados los musulmanes, Beatriz Pacheco, la Triste Duquesa de Arcos, ofreció sus casas y tierras a cristianos viejos para que repoblaran el lugar. Conocemos los nombres de los aproximadamente 40 primeros hombres que, con sus familias, se avecindaron en Ubrique porque fueron asentados en un libro que mantenía un escribano. La relación fue copiada por Rafael de Aragón Macías en sus Misceláneas correspondientes a la Villa de Ubrique y también aparece en un expediente relativo a la posesión de las propiedades de Mariano Téllez-Girón, XII duque de Osuna (Archivo Histórico Nacional, OSUNA,C.3457,D.59). Según este último documento, la primera persona que figura en la nómina se llamaba Juan de Almario y se había presentado como caballero el miércoles 3 de noviembre de 1501. (Según las normas establecidas para aquella repoblación se consideraba caballero a aquel que aseguraba poseer más de 20000 maravedís; a los demás se les declaraba peones y recibían la mitad de la superficie de tierra que los caballeros). Ese ese mismo día también se inscribieron como vecinos de Ubrique Alonso Esteban, de Jerez, Salvador Fernandez, Francisco de Huestes (caballero), Diego García de la Huente y Diego Lorenzo (en las Misceláneas en vez de Huente se lee Fuente; también podría ser Hueste).

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[Archivo Histórico Nacional, OSUNA,C.3457,D.59]

Hay que decir en honor a la verdad que la relación de inscritos contiene una incongruencia, y es que firman como testigos del asentamiento de estos supuestos primeros pobladores dos personas de las que se dice que ya eran “vecinos”: Juan de Vajar y Alonso Fernández de las Doblas. Así que esto es como el dilema del huevo y la gallina: ¿quién fue primero? Quizá Vajar y Fernández de las Doblas ya residían en Ubrique, pero extraoficialmente. De hecho, este último fue asentado días más tarde, el 20 de noviembre. ¿O pudo ser que ese día 20 fue cuando testificó que el día 3 se habían establecido Juan de Almario y los otros? En cualquier caso, a Juan de Vajar no se le vuelve a mencionar nunca más. En fin, comprender las inconsistencias de algunos documentos antiguos es a veces una tarea inútil. Así que creo que podemos considerar que Juan de Almario es oficialmente el primer ubriqueño de la era moderna, por lo que quizá también sea un buen candidato para incluir su nombre en el nomenclátor callejero.

Desde luego, tanto un nombre de una familia mudéjar como el de Juan de Almario tendrían el riesgo de ser polémicos, como suele ocurrir cuando se ponen nombres personales a las calles. Habría quién diría que el apellido de una familia “mora” desconocida no pinta nada en Ubrique y habría quien criticaría que se homenajeara a alguien que vino a ocupar la casa de un desgraciado musulmán que fue echado de su pueblo, por más que muchos probablemente descendamos de él u otros colonos cristianos.

En fin, que hagan las autoridades lo que quieran. Lo que yo pretendo con este pequeño estudio es tratar de saber quién era Juan de Almario.


Un fiel servidor del Duque de Arcos

A mi modo de ver, es bastante probable que el Juan de Almario que se aposentó en Ubrique sea el personaje que voy a presentar en el siguiente párrafo, pero antes quisiera hacer una advertencia. Además del Juan de Almario al que aludo, es muy probable que hubiera otras personas del mismo nombre en aquella época y en aquellos contornos que también pudieran ser nuestro primer ubriqueño. De hecho, me consta un Juan de Almario que era alguacil de Espera en 1526. (Así figura en el libro de Alfonso Franco Silva Personajes, poderes, fortalezas y otros temas de la historia de Andalucía, siglos XIV y XVI, Servicio Publicaciones UCA, 2009). ¿Sería este Juan de Almario de Espera el mismo que se asentó en Ubrique en 1501? Yo diría que no. El que yo propongo era caballero, según declaró cuando llegó a Ubrique, por lo que disfrutaría de una buena renta. Su edad tendría que ser por lo menos de 40 años (por la información biográfica que voy a dar más adelante). Así que no tiene sentido que esta misma persona esté trabajando en Espera de alguacil en 1526, ya con 75 años. Incluso siendo más joven, el Juan de Almario de Espera no creo que fuera el caballero que se presentó en Ubrique porque el oficio de alguacil era un cargo subalterno en la administración de justicia que es dudoso que desempeñara un caballero y que le permitiera al sujeto disponer de 20000 maravedís.

Yo creo que nuestro Juan de Almario es un personaje relativamente conocido en las fuentes históricas que acompañó al III conde de Arcos, Rodrigo Ponce de León, en sus campañas militares, especialmente en la conquista de Zahara de 1483. (Por eso dije antes que tendría por lo menos 40 años cuando fue repoblado Ubrique en 1501). Es razonable pensar que este vasallo se mantuviera fiel al servicio de la duquesa Beatriz Pacheco al morir don Rodrigo en 1492 (“de una opilación que se le hizo andando en la guerra contra los moros”, según el cronista Andrés Bernáldez; una opilación es una “obstrucción al paso de materias sólidas, líquidas o gaseosas por las vías excretoras del cuerpo”). Y que aceptara ser el primero en dar un paso adelante como repoblador de Ubrique para dar ejemplo y animar a otros, ganándose así el agradecimiento de la duquesa y al mismo tiempo aumentando su hacienda. (Hay que tener en cuenta que, de los cinco lugares a repoblar, Ubrique fue, cronológicamente, el cuarto en el que se empezaron a asentar colonos, y además el que menos afluencia tuvo, aunque quizá esto se deba a que era el que tenía menos casas disponibles, según el conocido estudio de Manuel Pedro Acién Almansa Un ejemplo de repoblación señorial: la Serranía de Villaluenga (Andalucía medieval: actas del I Congreso de Historia de Andalucía, vol. 2, págs. 449-458, Caja de Piedad y Monte de Ahorros de Córdoba, 1976).

 


Uno de los 30 caballeros del linaje de hijosdalgo de Arcos

Juan de Almario formaba parte de los “treinta caballeros del linaje de Hijosdalgo de Arcos de la Frontera” en 1483, según descubrió José Antonio Delgado y Orellana consultando unos legajos en el Archivo Municipal de Arcos (Hidalguía 89, 1968). En uno de los documentos se lee:

Comprehende esta Cubierta un Cavildo selebrado por esta M. N. y M. L. Ciudad de Arcos de la frontera en Miércoles Primero día del mes de enero año del Nazimiento de nro. salvador Jesuchristo de 1483, en las Casas del Sr. Marqués de Cádiz Presidido por el honrrado Cavallero ferndo. de Padilla Alcayde y Alcalde maior: y asistieron los Alcaldes Pedro Gonzales Beltrán y Antón Alvares de Medina, ferdo. Martines de Magasa [sic, probablemente Gamaza] Alguasil mayor, los Rexidores de Medina, ferdo. Martines de Magasa Alguasil mayor, los Rexidores Luis Andino : Juan Gutiérrez del Castillo : Diego Núñez : Antón Martín de espinosa : Fernando Muñoz Tardío : Christóbal Martín Sevillano : Juan Cano y Pedro Mázquez y los Jurados : Alonso Vicente y Juan de Almario; para hazer eleczión de los oficios de Alcaldes, escrivanías Reximientos y Juradurías para lo que mandaron el assno [escribano] les mostrase la Copia de los treinta Cavalleros del linaje de Hijos Dalgo…

También aparece su nombre en un segundo documento análogo:

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[Hidalguía 89, 1968]

Como se ve, Juan de Almario era jurado. En general, por jurado se entendía antiguamente un funcionario judicial en la administración del gobierno de un concejo con funciones de supervisión de la actividad económica.

En el legajo aparece la relación de los 30 caballeros, adscritos por alguna razón a una u otra de las dos grandes iglesias de Arcos: Santa María y San Pedro. Juan de Almario está en la segunda (copio el fragmento correspondiente de la revista Hidalguía citada antes):

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[Hidalguía 89, 1968]

De los 30 caballeros hijosdalgo de Arcos citados, aparte de Juan de Almario al menos dos más participaron activamente en el proceso repoblador. Uno era Alonso Sánchez Monge, quien además de ser el encargado de inscribir en un libro a todos los que se avecindaban en las villas, acabó aposentándose como colono en Benaocaz, con la calidad de caballero, el 13 de abril de 1502.

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[Archivo Histórico Nacional, OSUNA,C.3457,D.59]

Es de suponer que no se apuntaría él mismo, sino que lo haría Pedro Monteagudo, que era su ayudante. Al parecer, este era sobrino del caballero hijodalgo arcense Juan de Ayllón, quien fue nombrado por la duquesa alcalde mayor de la Serranía de Villaluenga para que dirigiera el asentamiento de los colonos.

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[Fragmento de Misceláneas de Rafael de Aragón]

(Entre los pobladores de Benaocaz hay uno con los apellidos Sanchez Lozano, los mismos que otro de los 30 caballeros hijosdalgo de Arcos, pero el nombre del colono era Bartolomé y no era caballero. Había también un Pedro Camacho y un Fernando o Hernando de Ayllón, pero tampoco eran caballeros).

Por otra parte, algunos apellidos de estos caballeros corresponden a personas que, si no en un primer momento, posteriormente fueron habitantes de las villas, como los Gutiérrez del Castillo, según recoge Aragón Macías en sus Misceláneas. Por cierto, en esta misma obra se menciona a varias personas del linaje de los Almario de Ubrique, pero pertenecientes a una época posterior en casi un siglo a la de la repoblación (Aragón no conseguiría datos anteriores).

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[Fragmento de Misceláneas de Rafael de Aragón]


Un juro para Juan de Almario que revendieron sus descendientes

Era natural que Juan de Almario estuviera agradecido a la Casa ducal, porque el 4 de noviembre de 1483 el vasallo recibió de su señor un juro de heredad de 2000 maravedís anuales sobre la renta del almojarifazgo de Arcos como premio por haber sido uno de los primeros asaltantes del castillo de Zahara, lo que significó la conquista de la plaza. (El almojarifazgo era un sistema aduanero que habían introducido los musulmanes consistente en percibir derechos por los géneros o mercaderías que entraban en los estados del Señor (o el Rey) o salían de ellos; el almojarife era el oficial que se encargaba de este cobro, y por ello recibía una beneficio económico).

Rodrigo Ponce de León concedió varias mercedes de este tipo a los caballeros que lo ayudaron en sus conquistas. Así, en 1472 otorgó un juro de 10000 maravedís sobre rentas de almojarifazgo a Pedro de Vera, alcaide de Arcos, en agradecimiento por su ayuda en la toma de Cardela, acción en la que este fue herido. (Este juro fue traspasado posteriormente por el beneficiario al monasterio de Santo Domingo de Jerez). También recibió una merced similar Juan de Ayllón, igualmente por la toma de Cardela (3000 maravedís). Y en 1483 el marqués concedió el juro mencionado a Juan de Almario y también a Fernando de Padilla, alcaide y alcalde mayor de Arcos (10000 maravedís), Antón Martín de Espinosa (3000 mrs.), García Tardío (2000 mrs.), Fernando Tardío (2000 mrs) y Martín de Morón (3000 mrs.) “por haber subido por la escala con la que se tomó la plaza de Zahara” (José Damián González Arce: “Pugnas entre monarquía y aristocracia por el control de los almojarifazgos costeros y otros derechos aduaneros de la Andalucía atlántica en el reinado de los Reyes Católicos, Anuario de Estudios Medievales 47/1, enero-junio de 2017, pp. 73-106).

La viuda de Rodrigo Ponce de León, Beatriz Pacheco, confirmó el juro de heredad a Juan de Almario. Y también lo hizo su nieto Rodrigo, I duque de Arcos, según un documento sin fecha que se conserva en el Archivo Histórico Nacional (OSUNA,C.118,D.150-151).

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[Archivo Histórico Nacional, OSUNA,C.118,D.150-151]

El mismo legajo contiene también una escritura de compraventa otorgada el 28 de enero de 1528 por Diego Tardío, hijo de Juan de Almario, por la que los herederos de este vendieron el juro de nuevo a la casa ducal. Por lo que se ve, preferían dinero inmediato y en efectivo mejor que una renta anual. Este documento supone una fecha límite ante quem de la muerte de Juan de Almario, el “primer ubriqueño”: 1528.


Imagen de cabecera: Calle del Barrio Alto de Benaocaz (Por Soleá (porsolea.com)).


J. M. G. V.

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