Los Pacheco y los Torres, dos familias ubriqueñas con las que se ensañó la Inquisición en el primer cuarto del siglo XVIII

En otro lugar he hablado por extenso del auto de fe que en 1680 condenó “en estatua con huesos” al hereje de Ubrique Marcos de Segura Castellano Casarrubio por el gravísimo delito de negar la existencia del Purgatorio. Pero no fue la única persona nacida en Ubrique o relacionada con el pueblo que fue rea de la Inquisición. Aquí menciono a algunas más que formaban dos familias.

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Sevilla, 1724

El domingo 11 de junio de 1724 el Santo Oficio de la Inquisición de Sevilla “celebró” un auto particular de fe en la iglesia del Real Convento de San Pablo, de la orden de Predicadores [ref. 1]. El asunto no fue ninguna broma: Juan de Molina Pimentel, natural de Arcos y vecino de Chiclana, de 50 años, fue quemado vivo por “haber perseverado en su impenitencia”, pues en 1702 ya había sido juzgado por judaizante.

Entre los reos había una familia compuesta por al menos el padre y tres hijos, dos de los cuales habían nacido en Ubrique. Fueron acusados de judaizantes.

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Como se puede leer, Rafael Pacheco era curtidor y Fernando Pacheco arriero, dos oficios típicos del Ubrique de la época. Los cuatro fueron presentados al tribunal con sambenito de dos aspas (la palabra “sambenito” es una corrupción de “saco bendito”, pues en su origen era un saco de lana bendecido por un sacerdote; las dos aspas formaban una cruz). Los cuatro fueron condenados a portar “ávito” (hábito), es decir, una prenda, insignia, escapulario o similar que delatara públicamente que habían sido juzgados por el tribunal de la fe. También se les sentenció a cárcel por entre 6 meses y dos años y se les confiscaron los bienes. Los tres fueron “reconciliados en persona”. “Reconciliar” a un reo significaba admitirlo de nuevo en el seno de la Iglesia. Para ello, tenían previamente que abjurar de sus errores. “En persona” indica simplemente que estaban presentes, ya que muchos acusados por la Inquisición eran juzgados “en estatua”, bien porque hubieran huido antes de que los apresaran o porque ya habían muerto (quizá, en la tortura).

Otro reo de este auto de fe de Sevilla de 1721 que casi seguro pertenecía a esta misma familia se llamaba Alonso Pacheco de Tapia, de Jerez, y para él las penas fueron muchos más duras:

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Creo que pertenecía a la misma familia de los Pacheco no solo por tener este apellido, sino porque, como diré más abajo, al año siguiente fue juzgada también en Sevilla una mujer ubriqueña llamada Gracia de Tapia.

Y también es posible que fuera de la misma familia la ubriqueña Isabel Romero, pues no solo tiene un apellido en común con Francisco Romero Pacheco (en aquella época los apellidos se transmitían de forma bastante arbitraria y era bastante habitual que dos hermanos no tuvieran los mismos), sino que además ambos vivían en Sanlúcar. También fue acusada de judaizante y condenada a cadena perpetua.

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Córdoba, 1718

El 24 de abril de 1718 hubo un auto de fe en Córdoba [2] en el que fue juzgada y condenada por judaizante otra familia de padre de Ubrique y dos hijas apellidados De Torres.

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Toledo y Granada, 1723

Además, otro Torres también sufrió la saña inquisitorial. En su obra Los judíos en la España moderna y contemporánea [3], Julio Caro Baroja informa de que en un auto de fe celebrado en Toledo el 10 de agosto de 1723:

También salió Juan de Torres de “Hubrique” (será Jubrique menjor que Ubrique), vecino de Oropesa, guarda mayor de los montes del conde de aquel mismo título, que además de judaizante resultó bígamo.

clip_image012Pero la H que antecede al nombre del pueblo no tiene que significar que no se trate de Ubrique, pues en otra parte he comentado que hasta el en siglo XIX se producía esta confusión en el nombre del pueblo. Al margen muestro un fragmento de una carta dirigida con toda seguridad a una persona de Ubrique (pues yo poseo esa carta) y el nombre del pueblo está escrito con H.

Además, no solo están los tres De Torres antes citados, sino que en el Auto particular de fe que celebró el Santo Oficio de la Inquisición de la Ciudad y Reyno de Granada el dia 31 de Enero de este presente año de 1723 en la Iglesia del Real Monasterio de S. Geronimo de dicha Ciudad [4] aparece otra condenada con el mismo apellido

Catalina de Torres, natural de Vbrique, Obispado de Malaga, residente en Granada, cumpliendo la penitencia que se le impuso en la reconciliacion de 14 de Noviembre de 1717 por el Santo Oficio de dicha Ciudad; fuè mandada relaxar en persona por culpas de Herege judayzante, relapsa, convicta, y confitente en su relapsìa; y condenada en confiscacion de bienes.

“Relajada” normalmente quiere decir condenada a muerte. La palabra indica que era entregada al “brazo secular”, es decir, la justicia civil, ya que los religiosos del tribunal de la Inquisición dictaban la sentencia fatal, pero se cuidaban muy bien de ejecutarla por ellos mismos, no fuera que por ello les fuera impedida su entrada en el Cielo. La sentencia a la pena capital se justificaría en este caso por su condición de “relapsa” (reincidente).


Sevilla, 1725

Caro Baroja comenta otros autos de la inquisición y entre ellos uno en el que:

Todavía fueron penitenciados por sospechosos (…) Gracia de Tapia, natural de Ubrique, vecina de Utrera, soltera, de 60 años, que había sido reconciliada en Córdoba el 25 de mayo de 1698.

Si no he interpretado mal el texto, este juicio tuvo lugar el 30 de noviembre de 1725 en Sevilla.


Otros casos

Mencionaré también una aparente referencia a Ubrique. Se trata de un condenado en un auto particular en Cuenca el día de San Pedro de 1722 [5] el que se le destierra de “Vrique”:

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También fue sentenciado un hermano de este:

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Curiosamente, eran reos de la Inquisición muchos estanqueros. Caro Baroja dice: “No hay auto en que salgan seis, siete u ocho personas sin el estanquero o estanquera correspondiente”. Quizá los judaizantes se habían especializado en este tipo de negocios.

Cabe también recordar el caso de Ana Suárez, denunciada ante la Inquisición por infamar a la Virgen y a San Antonio, pero no sé cuál sería su pena, si es que fue condenada.


Bibliografía

1. Relación del Auto Particular de Fe que celebró el Sanyo Oficio de la Inquisición de la Ciudad y Reyno de Sevilla el domingo 11 de junio de 1724… Casa de Manuel de los Ríos, Sevilla.

2. Gaspar Matute y Luquín (seudónimo de Luis María Ramírez de las Casas Deza): Colección de los autos generales i particulares de fé, celebrados por el tribunal de la Inquisición de Córdoba: anotados i dados a luz. Imprenta de Santaló, Canalejas i Compañia, 1836. Digitalizado en Bibliotheca Sefarad.

3. Julio Caro Baroja: Los judíos en la España moderna y contemporánea, Volumen 3, Ediciones AKAL, 1978.

4. Compilación de algunas relaciones de los reos que salieron en autos de fe, celebrados en distintas jurisdicciones, por el tribunal del santo oficio de la inquisición entre 18/05/1721 y 13/05/1723. [Consulado el 16/04/22].]

5. Relación de los Autos Particulares de Fe, que se han celebrado en las Inquisiciones de Cuenca, el dia del Apostol San Pedro 29 de Junio de este año de 1722 en la iglesia del Convento de San Pablo, Orden de Predicadores, de dicha Ciudad… Digitalizado en Bibliotheca Sefarad.

Imagen de cabecera: Francisco de Goya – Museo del Prado (Wikimedia / Dominio público).

J. M. G. V.

2 respuestas a “Los Pacheco y los Torres, dos familias ubriqueñas con las que se ensañó la Inquisición en el primer cuarto del siglo XVIII

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  1. Gracias por esta fascinante publicación. Mi ancestro Juan Bernardo García, de Sanlúcar de Barrameda, quien huyó a Inglaterra después de ser reconciliado en un auto de fe, se casó en 1724 con una Isabel Romero, de Ubrique (hija de Francisco Romero y Gracia Josefa). Aún no sé si ella es la misma Isabel que mencionas o una pariente de esa Isabel, pero estoy seguro de que pertenecían a la misma familia. Tampoco sé si Isabel Romero/García escapó a Inglaterra o si falleció en España y Juan Bernardo volvió a casarse antes de escapar. Los Cristianos Nuevos cambiaban sus nombres católicos por nombres judíos después de llegar a Inglaterra, lo que puede dificultar su seguimiento en los registros.

    Los registros de la Inquisición Portuguesa y de la sinagoga de Bevis Marks en Londres también muestran que Rafael Pacheco, al que mencionas, escapó (junto con un hijo) a Inglaterra en 1727.

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    1. Muchísimas gracias por aportarnos tan interesantes datos. Y me alegro mucho de saber que hubo personas que pudieron escapar de la barbarie y la intolerancia religiosa, aunque al elevado precio de tener que abandonar la tierra en la que habían nacido y les pertenecía. Saludos desde Ubrique,

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