Fray Félix José de Ubrique llegó a ser Provincial (máxima autoridad) de los Capuchinos de Andalucía y Predicador de Su Majestad. En 1729 pronunció en la iglesia parroquial de Ubrique un infumable sermón fúnebre con motivo de las exequias a dicho Duque de Arcos. Este había disfrutado desde 1721 hasta su muerte de tal título, en el que “se funda nuestro amado vasallaje”, al rastrero decir de Fray Félix José.
En su alocución al pueblo este eclesiástico defendió la interesada doctrina de que a los pobres no hay que darles limosna porque ser pobres “es mal de la naturaleza”, siendo en cambio mucho más conveniente para la salvación de los ricos entregar parte de su dinero a los curas y conventos.
No obstante, se contradice al afirmar que “la pobreza religiosa hace de los hombres ángeles”.
Toda una joya entre los personajes «ilustres» de Ubrique. Su sermón, un canto al egoísmo y los intereses personales de aquellos hombres de la iglesia a los que convenía que el ser humano siguiera teniendo miedo del castigo en la otra vida si no ponía la actual al servicio de los clérigos. Siempre ha habido aprovechados. Siempre el hombre ha sido un lobo para el hombre.
J. M. G. V.
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