Ubrique ha dado dos generales a la Orden de los Trinitarios

Según hemos averiguado, nada menos que dos generales de la orden de los Trinitarios Descalzos fueron naturales de Ubrique. Pero, sorprendentemente ni los cita Fray Sebastián en su Historia de la Villa de Ubrique ni tienen calle en su pueblo. Ambos prelados adoptaron nombres muy navideños: Juan de la Natividad  y Gonzalo de la Natividad. Fray Juan fue especialmente brillante en su profesión y murió casi mártir a manos de los franceses, ayudando de camino a una monja a subir a los Altares… Más abajo lo contamos. Pero empecemos con fray Gonzalo.

trinitarios_01Prueba incontestable de que Fray Gonzalo de la Natividad era de Ubrique la da el cuadro que le pintaron como General de la Orden (dignidad que le fue conferida el 27 de abril de 1771, disfrutando de ella hasta su muerte, acaecida el 4 de julio de 1776). El cuadro pertenece al Museo de Bellas Artes de Granada, aunque está depositado en el Hospital Real de dicha ciudad (en la Sala de Convalecientes) desde  1980. Es de un autor anónimo de la escuela granadina, que lo pintó a finales del siglo XVIII. Mide 86 x 114 cm y en una inscripción en su parte izquierda se puede leer más o menos esto:

«N. R. P. Fr. Gundisalvus a Nativitate oppide de Ubrique XXVIII Minis (?) electus in cap. Geneli ordinis Mediolani celebrato die 27 Aprilis. 1771. Obit Granatae 6 (?) detates sua anno, die 4 Julli 1776».

Se trata de un retrato sedente en el que se ve al padre Gonzalo delante de su escritorio sosteniendo  con su mano derecha una hoja de papel escrita que apoya sobre otras en blanco, mientras con la izquierda coge un libro por su parte superior. En el escritorio se puede ver además un plumero con dos plumas. En el fondo, a la derecha, hay un cuadro de la Virgen; a la izquierda, la inscripción citada.

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Fray Juan de la Natividad, cuya alma fue vista subir directamente al Cielo tras sufrir martirio por los franceses

trinitarios_01En cuanto a Fray Juan de la Natividad, de él nos da noticia el tomo segundo del Diccionario de escritores trinitarios de España y Portugal, escrito por Fray Antonino de la Asunción en 1899. Copiamos literal e íntegramente la información porque no tiene desperdicio:

Hijo de D. Juan Félix Candil, natural de Grazalema, y de Dña. Juana de Dios Marlier, natural del Puerto de Santa María, de quienes nació en Ubrique, provincia de Cádiz, el 22 de Enero de 1750, y el día siguiente se le impusieren en la pila bautismal los nombres de Juan Vicente María. De consiguiente dicha villa de Ubrique, donde estaban avecindados los padres de nuestro Juan, ha dado dos Generales a la Descalcez Trinitaria, nuestro biografiado y el P. Fr. Gonzalo de la Natividad.

Pasado el año de noviciado en el convento de Granada, emitió allí mismo su profesión solemne el día 3 de Septiembre de 1766.

Luego de terminados sus estudios de Filosofía y Teología con el fruto que de su gran talento se esperaba, le dedicaron a la enseñanza. en que se lució hasta llegar a ser Lector de Prima de Sagrada Teología en el colegio de Baeza, durante cuyo empleo recibió el nombramiento de Ministro del mismo colegio, que desempeñó por tres años (1786 89). En el ejercicio de este cargo dio tan buena cuenta de sí mismo, que a continuación fue colocado en el ministerio del convento de Granada, donde, durante su trienio, «se esmeró su Reverencia —se lee en el Protocolo— en el aumento espiritual y temporal de este convento por lo ejemplar de su observancia y vigilante cuidado». Y después de haber enumerado al por menor los grandes beneficios temporales que le hizo dicho convento, concluye el Protocolo diciendo que «asistió a la comunidad en todo con el mayor esmero, y a satisfacción, no solo de los Superiores, sino también de todos sus súbditos»

Tan relevantes méritos, adquiridos en el ejercicio de las letras y de los ministerios, fueron premiados por la Religión con los más distinguidos puestos, y así tuvo que encargarse del Provincialato de Andalucía (1795-98) y, después de haber sido Redentor de Cautivos (1801-04) y Definidor, del Generalato (1807-08), durante cuyo cargo premió Dios sus merecimientos con una muerte gloriosa que le dieron los franceses, a una con su Secretario P. Fr. Andrés de Sta. Teresa, el día 4 de Diciembre de 1808, entre Madrid y Alcalá, cuyas almas en el momento mismo de su muerte, fueron vistas subir derechamente al cielo por la Ven. Ana María Taigi, terciaria trinitaria, que vivía en Roma.

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Para aportar más pruebas de lo dicho, Fray Antonino cita a Fray Juan de la Visitación, Comisario Apostólico de los Trinitarios Descalzos en el sumario del proceso que se instruyó en Roma para beatificar a Ana María Taigi (cuyo cuerpo se conserva incorrupto, como se puede apreciar en la imagen sobre estas líneas; por favor, no enseñen la imagen del fiambre a los niños, que no dormirán esta noche). Fray Juan da más detalles sobre el martirio al que fue sometido el ubriqueño Fray Juan de la Natividad, General de los Trinitarios, por los franceses:

En la ocasión en que los franceses se fueron por vez primera a invadir y apoderarse injustamente de España bajo el mando del General Masséna, la Sierva de Dios dijo una mañana al P. Fernando, su confesor, que nuestro P. General de aquel tiempo, a una con su compañero, al pasar de una ciudad de Castilla la Nueva a otra, fueron sorprendidos en el camino por las tropas francesas, y, después de varios maltratamientos y vejaciones, los crueles invasores los mataron, señalando ella el día (que creo fue la misma mañana en que dicha Sierva de Dios lo comunicó al mencionado confesor suyo) y el camino de la ciudad vecina en que sucedió el hecho, precisando todo minuciosamente, y, añadiendo que, por haber sufrido todo dicho P. General a una con su Socio con invicta paciencia y resignación por amor de Dios, no necesitaban sus almas de ningún sufragio, porque habían volado derechamente al cielo. El Padre confesor Fernando de S. Luis no pudo menos de dar tal noticia á toda nuestra comunidad religiosa, y dijo también quién se la había dado, a saber: Ana María Taigi ; y, como dicha Sierva de Dios estaba entre nosotros en reputación extraordinaria por sus virtudes y dones sobrenaturales, a tal nueva todos quedamos afligidos y en una angustiosa espectativa [sic]. En efecto, después de un mes próximamente, tuvimos de allí una carta acerca del funesto acontecimiento, precisamente como la Sierva de Dios lo había manifestado en todos sus pormenores, lo cual es cierto que no podía saberse en el tiempo o el día en que ella lo había anunciado sin una luz precisa y extraordinaria de Dios ; y, habiéndose verificado la primera parte de tal inesperada noticia, nos consolamos en nuestra amargura, creyendo, como parece razonable, ser verdadera su segunda parte, a saber: que las almas de dichos nuestros religiosos inmolados, habían subido al instante a la Gloria eterna.

De Fray Juan se sabe que escribió uno de esos sermones de peloteo a los reyes y otras autoridades, con título kilométricos, que acostumbraban a escribir los frailes de la época. Este se titulaba:  «Sermón que en las solemnes fiestas de acción de gracias con que la nobilísima ciudad de Baeza las dio a Dios de orden de nuestro Rey Católico (q D. g.) y del Supremo Consejo por los señalados beneficios del feliz alumbramiento de la Serenísima Princesa de Asturias, y nacimiento de los infantes Carlos y Felipe y juntamente de la paz concluida con la Gran Bretaña, predicó en el día 23 de Noviembre de 1783, tercero de dichas fiestas, á la misma ciudad nobilísima el R. P. Fr, Juan de la Natividad, actual Lector de Prima en su colegio de dicha ciudad». El sermón de 29 páginas, lo imprimió en Jaén, Pedro de Doblas. También escribió «Libros M. SS. de Profesiones y Capítulos generales — Protocolo del convento de Granada«.

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¿Un tercer trinitario ubriqueño?

trinitarios_01Posiblemente hubo un tercer trinitario ubriqueño famoso que vivió en el convento de Granada antes que los dos generales de la orden mencionados: el Venerable Hermano Lucas de San Juan Evangelista. Decimos «posiblemente» porque la información que tenemos no nos permite afirmar con seguridad si era o no de Ubrique. Resulta que otro cuadro también perteneciente al Museo de Bellas Artes de Granada (el que ven sobre estas líneas) contiene una cartela en la que algunos leen el nombre de Ubrique, pero otros no.

En el portal de museos de la Junta de Andalucía se recoge este cuadro indicándose que contiene una inscripción que dice:

El Vº. Hermano Fr. Lu
cas de S[n]. Jº[v]. Evangelis
ta natural de Vh[.]
to a Ro[n]da. Gotole fu Mag.
de q[ue] eftibiefe siempre
e[n] fu prese[n]ca de tal forma
q[ue] e[n] agen[?]do de lo fe[n]tido
no ate[n]dia en dias vezes
a los q[ue][?]. Murio
9 de Nob[e]. Año de 1681[…]
de edad de 132 faze su cuerpo en
efte R[l] Cº
v[to]. ;

Pero otros han leído la cartela que sostiene el angelito de esta otra forma:

El V. Hermano Fr. Lu
cas de Sn J? Evangelis
ta natural de Ubrique Jun
to a Ronda, dotole su Mã?
de que estubiese siempre
en su presencia, de tal forma
que en genado de lo sentido
no tenda muchas vezes
a los que hablava. Murió
9 de Nobe. Año de 1681 siendo
de edad de 132. Llaze su cuerpo en
este RL Convento.

Lo más sorprende es la edad:  ¡¡¿¿ 132 años ??!!

La pintura mide 84  x 149 cm y es de la escuela granadina. Sobre fondo arquitectónico se ve al Venerable Hermano, barbado y calvo, apoyando sus manos sobre un cayado. A su lado, sobre una mesa hay un crucifijo, y detrás de él una calavera.

Los Trinitarios

Ni que decir tiene, la Orden de los Trinitarios sigue existiendo, y está bien viva.  La fundó San Juan de Mata (francés, 1154-1213) en 1198 estableciendo una Regla que con el tiempo se fue desvirtuando hasta que la reformó el español San Juan Bautista de la Concepción (1561-1613, canonizado en 1975); desde entonces se llaman Descalzos. (Hoy, si el santo español reviviera se apenaría al comprobar que su reforma sirvió de poco, porque los frailes de la Orden vuelven a pisar con los zapatos puestos).


J. M. G. V.

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